El eccema y la psoriasis no son infrecuentes, pero el público general no los conoce demasiado y están rodeados de muchos conceptos erróneos. No, estas enfermedades cutáneas (dermatosis) no son contagiosas. No, no se deben a la falta de higiene. ¿Y si pudiéramos ayudarte a ver las cosas con más claridad?
El eccema es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que se manifiesta en forma de lesiones rojas, irritación, picor (también llamado prurito), con períodos alternados de ataques (brotes) y remisiones. No hay uno, sino varios tipos de eccema: el eccema de contacto y el eccema atópico son los más comunes. Es importante diferenciarlos para conocer su origen, y así determinar el tratamiento y la prevención adecuados.
La psoriasis también es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de parches rojos cubiertos de escamas blanquecinas. Se produce en personas con una genética predispuesta y por influencia de ciertos factores. Esta afección también suele provocar picor.
Aunque las dos enfermedades son similares en muchos aspectos, son diferentes. La psoriasis es muy poco frecuente en los bebés, mientras que el 15 % de los niños menores de un año se ven afectados por el eccema atópico. Por lo tanto, es importante diferenciar entre ambas afecciones, para tratarlas adecuadamente.