Esa piel apagada y tirante que pierde flexibilidad y comodidad: ¿está seca o deshidratada? La pregunta puede parecer trivial, pero es importante porque dependiendo de la respuesta, no cuidarás tu piel de la misma manera.
Lo primero que hay que saber es que, mientras que la piel seca está permanentemente seca (es un tipo de piel), la piel deshidratada es solo temporal (y puede afectar a todos los tipos de piel). Sin embargo, la piel seca y la piel deshidratada tienen algo en común: en ambos casos, la calidad de la película hidrolipídica está comprometida y no le permite desempeñar su función protectora.
En el caso de piel seca, las glándulas sebáceas no funcionan correctamente: no producen suficiente sebo. En el caso de la piel deshidratada, la humedad contenida en la epidermis se evapora con demasiada facilidad debido a factores internos y externos.
Para satisfacer correctamente las necesidades de la piel y reducir las molestias asociadas, es necesario proporcionar cuidados adaptados a estas pieles frágiles. ¡Y no equivocarse!