A diferencia de la piel seca (que está permanentemente seca), la piel deshidratada solo está seca de forma ocasional. ¿Cuáles son los motivos? ¿Qué productos debo utilizar? Aquí tienes algunos consejos para hacerte la vida más fácil.
Para cuidar adecuadamente la piel deshidratada, primero hay que entender las causas de la deshidratación. Hay muchas razones para ello: las condiciones meteorológicas, los productos inadecuados, el envejecimiento... Todas estas causas tienen el mismo efecto: el viento, el frío, el sol, la calefacción, el aire acondicionado, los cosméticos astringentes y el envejecimiento de la piel contribuyen a alterar la película hidrolipídica que debe retener la hidratación en la epidermis. Como resultado, el agua de la piel se evapora demasiado rápido y hace que la piel se vuelva incómoda, tanto en el rostro como en el cuerpo. Esta tirantez y líneas de deshidratación, esta falta de luminosidad y flexibilidad, esta sensibilidad exagerada conciernen a todos los tipos de piel: grasa, normal, mixta o seca.
A - Piel normal / B - Piel deshidratada: 1 - Hipodermis | 2 - Dermis | 3 - Epidermis | 4 - Agua | 5/6 - Causas exógenas
Cuando mi piel está deshidratada, la siento muy tirante, mis labios están secos y mi piel se siente demasiado tensa en el rostro.
Cómo cuidar la piel del rostro deshidratada
Para reparar la película hidrolipídica de la epidermis y reducir al máximo la pérdida de agua transepidérmica, opta por productos que contengan lípidos (para retener la humedad) y, lo has adivinado: ¡activos hidratantes! En cuanto a la textura, puedes elegir: una emulsión ligera si tu piel está deshidratada, grasa, normal o mixta, una textura en crema si tu piel seca necesita un confort extra y una textura en gel para todo tipo de pieles.
Aplica estos productos de cuidado todos los días con movimientos suaves: extiende una cantidad de crema del tamaño de un guisante en las yemas de los dedos, aplícala en las mejillas, la frente y el cuello y, a continuación, extiéndela desde el centro hacia el contorno del rostro y el cuello. Un sérum, una mascarilla y un exfoliante completarán esta rutina diaria.
Los lípidos y los activos hidratantes son también la combinación ganadora para mantener la piel hidratada. Como leche o bálsamo, ¡todo es posible!
Un bálsamo si tienes la piel seca y deshidratada
Si a tu piel habitualmente seca se añade una deshidratación ocasional, tu epidermis necesita una nutrición aún más profunda. En este caso, necesitas un bálsamo para devolver el confort y la flexibilidad a la piel de tu cuerpo.
Una leche si tu piel es normal y está deshidratada
Una leche de textura ligera es suficiente si la deshidratación no es permanente o leve. Garantiza una buena hidratación y aporta confort a la piel, y su textura no grasa y no pegajosa permite vestirse rápidamente.
CONSEJOS FÁCILES Y EXPERTOS
Además de los cuidados de la piel, los cambios de hábitos también pueden ayudar a aumentar la hidratación de la piel.
El nivel de hidratación de la piel depende de factores que escapan a nuestro control (como el envejecimiento cutáneo) y de otros sobre los que podemos influir. Esto significa que la pérdida de hidratación suele ser mayor en invierno, cuando se tiende a subir la calefacción: el aire seco acelera la evaporación del agua de la piel. Cuanto mayor sea la diferencia entre la temperatura exterior y la interior, más frágil será la piel. En casa, por ejemplo, puedes utilizar un humidificador para mantener tu piel bien hidratada. Lo mismo ocurre en verano: el aire acondicionado también reseca el ambiente y debilita el equilibrio de la piel. Para limitar estos efectos, recuerda beber suficiente agua en verano, por supuesto, pero también en invierno.
Buenos hábitos para cuidar la piel deshidratada
Tu piel sedienta necesita cuidados suaves. Agua tibia en lugar de caliente para el lavado, productos limpiadores suaves que contengan agentes hidratantes y nutritivos, y productos de cuidado adaptados a texturas ligeras o cremosas, según tus necesidades... ¡y tus gustos!
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