«¡Tengo la piel seca!» ¿Quién no ha dicho eso alguna vez? Pero, ¿seguro de que es realmente piel seca? Porque la piel seca o muy seca es un tipo de piel muy específica. ¿Cómo reconocerla para cuidarla mejor? Te lo contamos todo.
La piel seca no es solo una leve sensación de tirantez después de la ducha. La piel seca es, de hecho, un tipo de piel en sí misma. Como las pieles mixtas o grasas. Por lo tanto, es un estado permanente.
Está causado por la falta de lípidos. Las glándulas sebáceas no segregan suficiente sebo, una sustancia grasa esencial para mantener una barrera cutánea eficaz. No hay que confundir la piel seca con la piel deshidratada, que carece de agua.
¿No sabes si tu piel es realmente seca? Hay ciertos síntomas clínicos que pueden ayudarte a establecer el «diagnóstico» correcto: - ¿Sientes la piel tirante y con hormigueo en todo el rostro? - ¿Sientes estas molestias durante el día? - ¿Tu piel nunca brilla? - ¿Te dura el maquillaje todo el día? - ¿Aparecen a veces zonas de sequedad y rojeces? - ¿Sientes un alivio duradero con una crema aceitosa? Si la respuesta a todas estas preguntas es «sí», es muy probable que padezcas sequedad cutánea.
Siempre que llega el invierno mi piel está más seca. Necesito cambiar mi rutina y utilizar cremas más ricas para no tener tirantez.
¿Qué causa la piel seca?
La piel seca es una piel que no puede producir adecuadamente sus propios lípidos. Esto está relacionado con un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas. Pero, ¿por qué se da este mal funcionamiento?
La piel seca puede ser una afección médica. Hipotiroidismo, psoriasis, eccema de contacto, etc. Para garantizar el mejor cuidado de esta sequedad, es necesario realizar un diagnóstico preciso. Por lo tanto, tu dermatólogo podrá aconsejarte un tratamiento adecuado.
También puede ser hereditaria. Algunas personas producen menos lípidos de forma natural.
Piel seca común. Es la más frecuente. Puede estar relacionada con la edad, el uso de productos cosméticos inadecuados y demasiado agresivos, las condiciones climáticas y muchos otros factores.
Por último, también puede estar implicado el uso de determinados medicamentos. Por ejemplo, algunos tratamientos para el acné, como la isotretinoína, una medicación utilizada para tratar el acné. Sin embargo, en este caso, la piel solo se reseca durante el periodo de tratamiento.
La piel deshidratada tiene sed, mientras que la piel seca necesita nutrirse.
Como no produce suficiente sebo, debes proporcionarle sustancias grasas para mantenerla sana.
Los lípidos que le vas a dar actuarán como un cemento para unir las células entre ellas. Al igual que una pared de ladrillos: si ya no tiene el cemento necesario, terminará por agrietarse. Con la piel es lo mismo.
Al nutrir tu piel, repararás su barrera protectora, la película hidrolipídica. También evitará que el agua se evapore y mantendrá tu piel bonita e hidratada durante mucho tiempo.
Por tanto, nutrir la piel ayuda a reforzar la barrera cutánea, luchar contra las agresiones externas y prevenir la deshidratación.
«Piel seca» significa que tendrás que adaptarte centrándote en el cuidado de la piel, pero también adoptar hábitos que repetirás cada día. Porque aunque la sequedad cutánea es el resultado de factores internos (difíciles de combatir), también se ve agravada por factores externos.
Entonces, ¿por qué es mejor evitar las duchas y los baños calientes? ¿Qué cosméticos y productos de cuidado debes utilizar a diario? ¿Y cuáles deben evitarse? ¿La piel seca significa que no puedo exfoliarme? ¿Cómo se nutren específicamente las manos o las piernas? ¿Las rutinas de limpieza deben ser iguales en invierno y en verano? ¿Afecta la dieta?
Sigue la guía para encontrar respuestas a estas preguntas... y más.
Para la piel seca o muy seca, la aplicación de un bálsamo hidratante o relipidizante será el mejor aliado. Esto restaurará y nutrirá tu piel debilitada por las agresiones externas. El uso de un bálsamo, mediante masajes circulares, concentrándote en las zonas ásperas o secas, es un paso diario esencial para restaurar el confort de la piel.
RESPONDEMOS A TUS PREGUNTAS
Para separar lo verdadero de lo falso: para eso estamos.
FALSO. La piel seca está causada por un trastorno de las glándulas sebáceas. Por tanto es posible tener la piel sana, pero naturalmente seca. Por otro lado, unos productos de higiene inadecuados pueden acentuar la sequedad... Pero no se trata, en este caso, de una higiene deficiente como tal.
VERDADERO. El frío agrava la sequedad de la piel. En invierno, el cuerpo hace que los vasos de la superficie de la piel se contraigan. Esto se denomina vasoconstricción. El propósito es retener el calor en los órganos vitales. A expensas de la epidermis. Si combinamos esto con una alternancia «frío-calor» entre interiores y exteriores con demasiada calefacción, tenemos todos los elementos para resecar la piel.
VERDADERO. La razón es sencilla. Al no estar protegida por la ropa como el resto del cuerpo, la piel del rostro se encuentra en la primera línea frente a los agresores externos: calor, frío, contaminación. Sin olvidar que la piel del rostro es más fina y también más frágil. Recuerda que las manos también se ven afectadas.
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