El invierno y la piel seca suelen ir de la mano. Y por una buena razón. Cuando bajan las temperaturas, la piel (especialmente la del rostro y las manos) está especialmente expuesta. Si combinamos esto con las variaciones «frío-calor» entre el interior y el exterior y el uso frecuente de jabones o geles hidroalcohólicos, tenemos la receta para debilitar la piel y deshidratarla. Te enseñamos a cuidar tu piel.
Tirantez, enrojecimiento, escamas, grietas... El invierno pasa factura a nuestra piel. Pero, ¿el frío reseca o deshidrata la piel?
Bueno, de alguna manera, ambas. En invierno, el frío tiene la desafortunada tendencia de reducir la producción de sebo. Cuando hace frío, nuestro cuerpo prioriza la circulación de los órganos vitales y deja de lado otros, como la epidermis. La actividad de las glándulas sebáceas se ralentiza. Menos sebo significa menos lípidos. La película hidrolipídica, que debe proteger la piel, no puede funcionar correctamente. La hidratación se evapora más fácilmente.
En cuanto llega el frío, es el momento de cambiar mi rutina y utilizar cremas o bálsamos ricos, tanto para el rostro como para el cuerpo.
¿Cómo cuidar el rostro en invierno?
El frío aumenta la sequedad de la piel... ¡pero también el calor! Por eso, al lavarte, baja la temperatura del agua a entre 32 °C y 34 °C. Hay otros elementos secantes e irritantes, como los jabones. Ya sean sólidos o líquidos, olvídalos. Opta por geles o lociones dermatológicas ultrarricas. Respetan el pH de la piel, no la resecan y, además, tienen un gran poder supergraso.
Por último, no olvides desmaquillarte. Para un momento «envolvente», redescubre los beneficios de una loción aplicada con las yemas de los dedos. La textura cremosa de la leche y la suavidad de los dedos desmaquillan suavemente sin resecar la piel. Y para retirar la leche, utiliza discos de algodón reutilizables empapados en agua termal. Confort garantizado.
En invierno, tu piel necesita estar constantemente nutrida e hidratada, tanto de día como de noche.
Cold Cream, un abrigo para la piel
Durante una exposición prolongada al frío, protege tu piel con Cold Cream. ¡Es la crema «abrigo» definitiva! Por la noche, si tu piel está especialmente seca, sustituye tu crema de noche habitual por un producto con cold cream. Verás que tu piel recupera la suavidad desde las primeras aplicaciones. Unos pocos días (o más bien noches) son suficientes para compensar de forma duradera la sequedad de la piel provocada por el frío. Aplica los tratamientos con la frecuencia necesaria.
Un tratamiento en sérum para potenciar la eficacia de las cremas
Si la textura «rica» del Cold Cream no te gusta, aplícate un sérum justo antes. La ventaja es que no afecta al acabado de las cremas. De este modo, la piel no se sobrecarga de grasa y el maquillaje se mantiene bien. Adopta esta práctica en cada cambio de estación, cuando la piel es especialmente frágil.
CONSEJOS FÁCILES Y EXPERTOS
En invierno, la sequedad puede afectar fácilmente a los labios. ¿Cómo se protegen?
Los labios agrietados no son glamurosos. Para remediarlo, empieza con un exfoliante para eliminar las pequeñas células muertas de la piel. A continuación, aplica un bálsamo labial para una reparación más rápida.
En cuanto al maquillaje, cuando los labios están demasiado secos, la barra de labios no se aplica de manera uniforme. Empieza por la hidratación con un stick nutritivo que servirá de base para la barra de labios. Y si tus labios están demasiado agrietados para maquillarlos, sustituye la barra de labios por un bálsamo embellecedor que dé color a tus labios a la vez que los nutre.
¿Cómo cuidar las manos secas?
El primer consejo de sentido común para evitar las manos secas es llevar guantes siempre que salgas. Si tu piel sigue estando seca, aplique una crema de manos concentrada con un cold cream varias veces al día. Y no olvides aplicarlo antes de irte a dormir, el mejor momento para la cicatrización y la renovación celular.
Y si sufres de piel agrietada, la crema cicatrizante Cicalfate tendrá un efecto tanto reparador como aislante.
