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Gestos calmantes

La piel a veces se ve maltratada por el día a día y te lo hace saber mediante hormigueos, tirantez o incluso rubor... Estas sensaciones desagradables vuelven con frecuencia y tú buscas soluciones para encontrar más comodidad... ¡Pero no tiene por qué ser así! Aquí tienes nuestros consejos prácticos para calmar tu piel sensible, a largo plazo.

 

Utiliza agua termal en tu rutina de cuidado de la piel

El agua es una parte integral de la rutina de cuidado de la piel. Por lo tanto, debes prestar atención a la calidad del agua que utilizas cada día para refrescar o limpiar tu piel sensible. El agua del grifo debe evitarse en la medida de lo posible, ya que puede tener un alto contenido en calcio y cloro, que pueden sensibilizar e irritar la piel. La solución ideal es utilizar agua termal para completar la limpieza de la piel. Su composición natural, conocida por su suavidad y acción calmante, se adapta perfectamente a las pieles sensibles. Es, por tanto, un aliado diario, que se puede utilizar pulverizada para limpiar la piel, para fijar el maquillaje (sí, funciona) o en compresas empapadas para aliviar la irritación.

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Elegir cosméticos limpios y adecuados

Para asegurarte de que utilizas cosméticos adecuados para tu piel, busca fórmulas minimalistas formuladas específicamente para pieles sensibles. Una «fórmula sencilla» no significa un «producto ineficaz», sino todo lo contrario. Limpiador, hidratante, calmante... Cada producto cosmético adaptado a las pieles sensibles se compone de ingredientes elegidos cuidadosamente para cumplir una misión específica, lo que lo hace aún más eficaz. 

Adoptar la rutina de limpieza adecuada 

La limpieza del rostro es un paso clave para las pieles sensibles. Aquí tienes algunos consejos sencillos pero eficaces para una limpieza suave que respete la sensibilidad de tu piel: 

  • Aplicar una loción limpiadora con las yemas de los dedos para eliminar las impurezas y el maquillaje; 
  • Retirar la loción con discos de algodón empapados en agua termal para ablandar las fibras, o con toallitas reutilizables; 
  • Terminar con una pulverización generosa de agua termal para calmar la piel de forma duradera. 
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Utilizar movimientos suaves 

Las pieles sensibles se rebelan ante el más mínimo roce. Para evitar la irritación, puedes adoptar algunos hábitos sencillos. Por ejemplo, al secar la piel, se recomienda evitar el roce y dar suaves toquecitos. Si tienes la piel muy sensible, aplica los cosméticos con suavidad, dando golpecitos o extendiendo con las yemas de los dedos en el rostro y el cuello, y utilizando movimientos amplios en el cuerpo con toda la superficie de las manos. Intenta siempre no frotar rápidamente con las yemas de los dedos, ya que esto aumenta la sensibilidad de la piel. 

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CONSEJOS AMABLES Y ESPECIALIZADOS 

Hidratación profunda para una piel cómoda

Desde las pieles secas hasta las grasas, todos los tipos de piel necesitan una hidratación diaria para reforzar sus defensas. Una emulsión ligera, una crema rica, una mascarilla hidratante... En cualquier caso, debes elegir productos hidratantes adaptados a tu tipo de piel para hidratarla de forma duradera y reducir los riesgos de molestias como la tirantez o el hormigueo. 

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