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Buenos hábitos antiedad: nuestros consejos

Invertir en productos para el cuidado de la piel que se adapten a ella es un acierto. Combinarlos con buenos hábitos es aún mejor. Sol, ejercicio, sueño, dieta, masajes... Estos son algunos consejos para adoptar un estilo de vida antiedad.

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Limita el estrés oxidativo: protégete del sol... ¡y camina!

El envejecimiento de la piel está en parte programado genéticamente. Pero también es consecuencia del estrés oxidativo provocado por nuestro estilo de vida y contra el que es posible actuar.

Proteger la piel del sol durante todo el año es, por tanto, el primer buen hábito que hay que adoptar, ya que es el principal acelerador del envejecimiento de la piel, seguido de cerca por la contaminación.

El estrés oxidativo también es consecuencia de la falta de sueño, el estrés psicológico, la falta de actividad física... Caminar solo 30 minutos al día al aire libre puede ser suficiente para reducir estos efectos: estimularás la circulación sanguínea, purificarás tu cuerpo, eliminarás toxinas, reducirás el estrés y dormirás mejor. Tu piel quedará radiante y saludable. Puedes agradecérnoslo por adelantado.

¿Qué es la senescencia de la piel?

Los buenos hábitos también implican la hidratación... ¡y la dieta!

Cada día, hidrata tu piel con un producto de cuidado adecuado. Entonces, ¿por qué no hidratarla desde dentro? Dos litros de agua al día (unos ocho vasos de agua) te permitirán tener una piel más tersa, un cutis menos apagado y menos hinchazón u ojeras.

Para ayudarte a resistir mejor el estrés oxidativo, acude siempre a... Alimentos ricos en antioxidantes. En pocas palabras: comer fruta y verdura es un buen hábito que no hay que descuidar, y hay una amplia oferta: cítricos, kiwis, col o perejil para la vitamina C, aceite de oliva o de nuez para la vitamina E, frutos rojos para los polifenoles...

También es posible añadir complementos alimenticios para mejorar el aspecto de la piel. Pero primero pide consejo a tu médico.

¿Cuáles son los enemigos de la piel?

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CONSEJOS FÁCILES Y EXPERTOS

Conocer la cronobiología de la piel para adoptar buenos hábitos

La cronobiología cutánea es la adaptación de nuestra rutina de cuidado de la piel al ritmo de la misma. La piel pasa por cuatro fases a lo largo del día: al despertarse (necesita hidratarse); durante el día (produce demasiado sebo ante las múltiples agresiones); por la tarde (está «intoxicada», la tez está sucia); y por la noche (momento en el que se regenera, tres veces más rápido que durante el día).

Por lo tanto, elegir los productos cosméticos en función de las necesidades de la piel y del momento del día es un muy buen hábito. Puedes utilizar cremas de día, sérums y cremas de noche... y asegúrate de desmaquillarte perfectamente antes de aplicar los productos.

Aprende sobre el cuidado antiedad

BUENOS HÁBITOS PARA APLICAR LOS PRODUCTOS DE CUIDADO DE LA PIEL

Puedes maximizar los efectos de tus tratamientos con algunos gestos sencillos.

La técnica de las ventosas

Comienza aplicando tu crema de día o de noche, luego coloca las palmas de las manos sobre tu piel y rápidamente despégalas. Se trata de la técnica de ventosas que activa la microcirculación de la piel y le da un aspecto fresco; se puede utilizar tanto en el rostro como en el cuello y el escote.

Masaje vespertino modelador para el rostro y el cuello

Dispensar la crema de noche en los dedos, aplicarla sobre el rostro y el cuello y alisarla desde el centro hacia el exterior. A continuación, golpear rápidamente con las yemas de los dedos el rostro, el cuello y el escote, y pellizcar ligeramente la piel entre el pulgar y el índice. En la línea de las arrugas, sujetar la piel entre el pulgar y el dedo corazón. Por último, terminar la técnica de las ventosas, empezando por el cuello.

 

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