El síndrome mano-pie se manifiesta por la aparición de enrojecimiento, engrosamiento, grietas, fisuras y dolor, a veces intensos, en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Por ello, es importante hidratar las plantas de los pies y las palmas de las manos al principio del tratamiento, ya que estas extremidades son muy sensibles. Evita los paseos largos y usa calcetines de algodón. Ponte guantes de algodón para las actividades cotidianas y guantes adecuados para las tareas domésticas, la jardinería y el bricolaje. Lo mejor es llevar las uñas cortas, pero no demasiado, y no hacerse la manicura ni llevar uñas postizas. Acude a un podólogo si es necesario.